2011
Jose García
Fernando Rodríguez
ORDEN POR AUTORES
2013
Fernando Rodríguez
Introducción
Con este breve trabajo he buscado acercarme a la experiencia interna que como posibilidad se insinúa levemente en la charla de La Piedra del año 2003, donde Silo comenta: “... y mucho antes de trabajar el hierro hay que sacar hierro decentemente de la tierra..., ... lo miras y si eres inteligente e imaginativo piensas cosas...”
Así, éste es el interés del inicio de este trabajo que utiliza la extracción del hierro a partir del mineral férrico como vehículo de experiencias. No hay por tanto una hipótesis previa sino un trabajo de experimentación donde la causa final era la experiencia interna que podría lograrse extrayendo “decentemente” el hierro de la tierra.
Un elemento que fue dando un encuadre alegórico a este trabajo es el significado del hierro que ya antes del Neolítico, aparece como algo que llega de arriba, de los cielos o de los dioses, en forma de meteoritos, dándosele forma por percusión al modo en que se procuraban utensilios domésticos y herramientas en silex, y quedando los objetos así producidos como sagrados o valiosos elementos de adorno.
Al comienzo buscamos datos sobre las formas empleadas para extraer el hierro desde la antigüedad hasta el horno alto más moderno, pero dado que el interés primero del trabajo era la experimentación, nos quedamos con la reducción directa del mineral, empleando para ello los elementos utilizados habitualmente en el oficio del fuego: fragua, horno tacho, crisoles...
El trasfondo de este pequeño aporte es una actitud de búsqueda, de esclarecimiento y profundización en el trabajo de la propia ascesis.
La relación de significados con algunos pasos de la disciplina material surgieron en momentos con claridad, y aparentemente en desorden respecto a la secuencia propuesta de pasos y cuaternas.
La resonancia interna con los materiales empleados, sus cualidades y su función en la unión de unos con otros ha sido el vehículo que posibilitó alegorías, ocurrencias y algún que otro descubrimiento.
Ya al final del trabajo, una vez se había ganado en soltura y confianza en la extracción del hierro, aprendidos y mejorados los procedimientos, surgió con fuerza y de forma inesperada la clara sensación de gran vacío, sensación ésta que posibilitó la apertura de la propia mirada hacia un nuevo paisaje y un compromiso posterior reforzado.