Introducción 

 

Fue tal el impacto que me produjo la lectura del Camino (ver El Mensaje de Silo), que no Pude por menos de enviar un mensaje al Negro, como le llamaba en quel momento, diciéndole que por su boca había hablado el Mayor de los Poetas, el Demiurgo. Hoy diría que escribía en situación de Conciencia Inspirada o más allá.

En mi interior se abrió la mente y el corazón y comprendí en un soplo que allí, en El Mensaje, estaba develada la doctrina que hace libre y feliz al ser humano; que  la existencia humana cobraba sentido si se trabajaba para la formación de ese centro, de eso que experimenté aquel día cuando leí El Camino. 

Puede parecer obvio esto que digo, pues llevábamos en el Movimiento Humanista muchos años haciendo estudios, trabajo interno; experimentando, gozando y a veces sufriendo, llevando a nuestro medio la acción y el pensamiento del Humanismo Universalista o Nuevo Humanismo, pero….aquel día...algo excepcional ocurrió. Comprendí en profundidad la frase del Maestro cuando en Punta de Vacas (1969) en “La Arenga de la Curación del Sufrimiento” dijo: 

 

“….Únicamente puedes acabar con la violencia en ti y en los demás y en el mundo que te rodea, por la fe interna y la meditación interna. No hay falsas puertas para acabar con la violencia… No hay política que pueda solucionar este afán de violencia enloquecida. No hay partido ni movimiento que pueda acabar con la violencia…”. 

 

El Mensaje es un camino que abre la puerta a una Nueva Civilización Planetaria. 

El Mensaje de Silo junto con Contribuciones al Pensamiento y Psicología IV, según mi sentir, nos abren las puertas hacia un Nuevo Horizonte Civilizatorio que tendremos que ir develando y construyendo en nuestra acción. 

“Entendemos por horizonte el ámbito en que se mueve la vista, el ámbito de lo posible y de lo imaginable. Es el “hasta dónde” se alcanza a comprender y a representar. Es el fondo sobre el cual se instala todo proyecto... Pero un horizonte también implica, para una cierta mirada, que hay algo más allá, es un límite pero también señala una posibilidad desconocida. Todo horizonte lleva la idea de algo que lo abarca y que no es el horizonte mismo… Tal vez sea la apertura de un nuevo horizonte lo que reencauce el proceso de la humanidad actual en una dirección evolutiva, dirección perdida en una desviación fatal u oscurecida en un necesario camino recorrido. Es probable que en el origen de esa nueva civilización como ha sucedido en el pasado, haya una señal clara de la cercanía del Ser”

.